Salmo 118 Explicación

En este artículo, brindamos una mirada profunda al edificante Salmo 118. Prepárese para descubrir su mensaje significativo y descubra por qué es tan amado por tanta gente. Si está buscando una comprensión más profunda de este salmo, ¡ha venido al lugar correcto!

Es un camino sagrado con nosotros y profundiza en los versos divinos del salmo. Tome nota de su significado interminable mientras contemplamos juntos las palabras de bendición y alabanza.

¿Qué dice el salmo 118 de la biblia?

Anima a los creyentes a poner su confianza en Dios y estar agradecidos por todo lo que Él ha hecho. El salmo también sirve como un recordatorio de que no importa cuán difícil pueda ser la vida a veces, Dios siempre estará allí para ayudarnos a superarlo.

Salmo 118 Explicación

Explicación del salmo 118

Las líneas iniciales de este himno de oración expresan un profundo sentido de admiración y aprecio a Dios, cuya misericordia es para siempre. Es justo que le rindamos nuestro homenaje con la mayor reverencia.

En tiempos de dificultad, el salmista busca protección en Dios y muestra más fe en el Señor que en las personas o los líderes mundanos.

En el Salmo, vemos la historia de cómo el salmista trató con los enemigos y la oposición. Sin embargo, puso su fe en Dios y logró superarlo y tener éxito.

Reconoce a Dios como tu refugio y da gracias por su asistencia en los momentos de dificultad. Confíe en Él para obtener fortaleza, consuelo y salvación, y sea testigo del poder de Su amor.

Salmo 118 completo

“Versículo 1: ¡Alabad al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia es eterna!

Versículo 2: Que lo diga Israel: ¡Su misericordia es eterna!

Versículo 3: Que lo diga Aarón: ¡Su misericordia es eterna!

Versículo 4: Que lo digan los que temen al Señor: ¡Su misericordia es eterna!

Versículo 5: Desde mi angustia clamé al Señor, y él me respondió poniéndome en un lugar espacioso.

Versículo 6: El Señor está conmigo; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?

Versículo 7: El Señor está conmigo, como poderoso gigante. Por tanto, los que me persiguen tropezarán y no prevalecerán.

Versículo 8: Confiar en el Señor es mejor que confiar en el hombre.

Versículo 9: Confiar en el Señor es mejor que confiar en príncipes.

Versículo 10: Todas las naciones me rodearon, pero en el nombre del Señor las derroté.

Versículo 11: Me rodearon, sí, me cercaron; pero en el nombre del Señor las derroté.

Versículo 12: Me rodearon como abejas; se extinguieron como fuego de espinos; en el nombre del Señor las derroté.

Versículo 13: Me empujaron violentamente para hacerme caer, pero el Señor me ayudó.

Versículo 14: Mi fortaleza y mi canción es el Señor; él ha sido mi salvación.

Versículo 15: Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra del Señor hace proezas.

Versículo 16: La diestra del Señor es exaltada; la diestra del Señor hace proezas.

Versículo 17: No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del Señor.

Versículo 18: Me castigó gravemente, pero no me entregó a la muerte.

Versículo 19: Abridme las puertas de la justicia; entraré por ellas y alabaré al Señor.

Versículo 20: Esta es la puerta del Señor; por ella entrarán los justos.

Versículo 21: Te alabaré porque me has respondido y has sido mi salvación.

Versículo 22: La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la principal del ángulo.

Versículo 23: Esto es hecho por el Señor; es maravilloso a nuestros ojos.

Versículo 24: Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.

Versículo 25: Oh Señor, te rogamos, sálvanos; oh Señor, te rogamos, danos prosperidad.

Versículo 26: Bendito el que viene en el nombre del Señor; os bendecimos desde la casa del Señor.

Versículo 27: Dios es el Señor, y nos ha dado luz. Atad

Versículo 27: Dios es el Señor, y nos ha dado luz. Atad víctimas con cuerdas al altar.

Versículo 28: Tú eres mi Dios, y te alabaré; tú eres mi Dios, y te exaltaré.

Versículo 29: ¡Alabad al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia es eterna!. (Salmo 118)

La justicia y la entrada a la morada del Señor son muy valoradas, ya que son caminos que conducen a la presencia de Dios y al reconocimiento de Su poder y dominio.

El salmista da gracias a Dios por escuchar sus súplicas y por elevar a Aquel que fue despreciado por los arquitectos, pero se convirtió en la piedra angular.