Es un hermoso recordatorio de todas las grandes cosas que Dios ha hecho. A medida que te sumerjas en este viaje, te sorprenderás de las obras maravillosas y las acciones poderosas de nuestro Creador. Este salmo también nos anima a seguir compartiendo estas historias de una generación a la siguiente.
Te invitamos a unirte a nosotros en este artículo mientras aprendemos y contemplamos los versos de un salmo impresionante. ¿Listo para inspirarte? ¡Siga leyendo para descubrir la magnificencia de Dios a través de la alabanza y la adoración!
Salmo 78 de la biblia cristiana
Habla del poder y la majestad de Dios, Su protección para Su pueblo escogido y Su misericordia en tiempos de angustia. Este salmo nos recuerda que, con la ayuda de Dios, incluso los momentos más difíciles se pueden superar con valentía y fe.

Explicación del salmo 78
Este salmo pinta una imagen vívida de cuán leal y amoroso es Dios hacia su pueblo, incluso durante sus tiempos de rebelión y desobediencia.
Este pasaje enfatiza la importancia de tomar lecciones de la historia de Israel y tener fe en Dios sin importar las circunstancias.
El Salmo nos invita a estar atentos a las palabras de Dios y compartir las alabanzas de Jehová con las generaciones venideras.
Al reflexionar sobre todo lo que Dios ha hecho, podemos fortalecer nuestra fe y tener una creencia más fuerte en Su poder y recursos. También sirve como un recordatorio de que Él siempre está ahí para ayudarnos.
Salmo 78 completo
Versículo 2: Abriré mi boca en proverbios; hablaré cosas ocultas desde tiempos antiguos.
Versículo 3: Las cosas que hemos oído y sabido, que nuestros padres nos las contaron.
Versículo 4: No las encubriremos a sus hijos, contaremos a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo.
Versículo 5: Porque él estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos.
Versículo 6: Para que lo sepa la generación venidera, los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos.
Versículo 7: A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus mandamientos.
Versículo 8: Y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación que no dispuso su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel para con Dios.
Versículo 9: Los hijos de Efraín, arqueros armados, volvieron las espaldas en el día de la batalla.
Versículo 10: No guardaron el pacto de Dios, y rehusaron andar en su ley.
Versículo 11: Se olvidaron de sus obras y de sus maravillas que les había mostrado.
Versículo 12: Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.
Versículo 13: Dividió el mar y los hizo pasar; detuvo las aguas como en un montón.
Versículo 14: Los guió de día con nube, y toda la noche con resplandor de fuego.
Versículo 15: Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes abismos.
Versículo 16: Sacó ríos de la piedra, e hizo descender aguas como ríos.
Versículo 17: Pero aún siguieron pecando contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto.
Versículo 18: Tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto.
Versículo 19: Y hablaron contra Dios, y dijeron: ¿Podrá darnos comida en el desierto?
Versículo 20: ¿Podrá Dios poner mesa en el desierto?
Versículo 21: He aquí, hirió la peña, y brotaron aguas, y torrentes inundaron la tierra; ¿podrá también dar pan, o preparar carne para su pueblo?
Versículo 22: Por tanto, oyó Jehová, y se enojó; y el fuego se encendió contra Jacob, y el furor también subió contra Israel;
Versículo 23: Por cuanto no creyeron a Dios, ni confiaron en su salvación.
Versículo 24: Con todo, mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,
Versículo 25: E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, y les dio trigo de los cielos.
Versículo 26: Pan de ángeles comió el hombre; les envió provisiones hasta saciarlos.
Versículo 27: Hizo venir vientos del oriente, y por su poder trajo el viento sur.
Versículo 28: E hizo llover sobre ellos carne como polvo, aves de plumas como arena del mar,
Versículo 29: Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus habitaciones.
Versículo 30: Comieron, y se saciaron; les cumplió su deseo.
Versículo 31: No habían quitado de sí su codicia, seguía aún su comida en sus bocas,
Versículo 32: Cuando la ira de Dios subió contra ellos, y mató a sus más robustos, y derribó los escogidos de Israel.
Versículo 33: Con todo esto, pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas.
Versículo 34: Y acabó sus días en vanidad, y sus años en tribulación.
Versículo 35: Cuando los mató, entonces le buscaron, y se volvieron y madrugaron a buscar a Dios.
Versículo 36: Y se acordaron de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor.
Versículo 37: Mas ellos le lisonjeaban con sus bocas, y con sus lenguas le mentían;
Versículo 38: Porque sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto.
Versículo 39: Pero él, que es misericordioso, perdonaba la maldad y no los destruía; y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo.
Versículo 40: Se acordaron de que eran carne, viento que va y no vuelve.
Versículo 41: ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, lo enojaron en el yermo!
Versículo 42: Y se acordaron de que Dios era su roca, y el Dios Altísimo su redentor.
Versículo 43: Mas le engañaron con sus bocas, y con sus lenguas le mintieron.
Versículo 44: Por lo demás, su corazón no era recto con él, ni estuvieron firmes.
Versículo 45: En cuanto a sus padres, se volvieron como arco engañoso; se desviaron como un arco inútil.
Versículo 46: Porque le provocaron a ira con sus lugares altos, y le celaron con sus imágenes de talla.
Versículo 47: Dios lo oyó, y se enojó, y en gran manera aborreció a Israel.
Versículo 48: Y dejó el tabernáculo de Silo, el tabernáculo donde habitó entre los hombres.
Versículo 49: Entregó su poderío en cautividad, y su gloria en mano del enemigo.
Versículo 50: Dio su pueblo a la espada, y se indignó contra su heredad.
Versículo 51: Consumió el fuego a sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron alabadas en sus bodas.
Versículo 52: Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no hicieron lamentación.
Versículo 53: Pero Jehová se despertó como de un sueño, como un guerrero que grita con vino.
Versículo 54: Y derrotó a sus enemigos de retaguardia; les dio perpetua afrenta.
Versículo 55: Abatió asimismo los confines de ellos, y los entregó en poder de los paganos.
Versículo 56: E hizo que cayese sobre ellos la maldad de ellos, y los atormentó en su malicia.
Versículo 57: Además, apartó de ellos su mano, y los entregó en manos del enemigo.
Versículo 58: Y los puso a prueba en muchas ocasiones, y los afligió con sus adversidades.
Versículo 59: Pero se rebelaron, y contristaron al Espíritu Santo; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.
Versículo 60: Y los abandonó en manos del enemigo, y fueron oprimidos por éste.
Versículo 61: Asimismo, entregó al cuchillo a su pueblo, y se enfureció contra su heredad.
Versículo 62: El fuego consumió a sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron alabadas en sus bodas.
Versículo 63: Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no hicieron lamentación.
Versículo 64: Entonces, despertó Jehová como de un sueño, como un guerrero que grita con vino.
Versículo 65: Y derrotó a sus enemigos de retaguardia; perpetua afrenta les dio.
Versículo 66: Abatió asimismo a sus enemigos de entre ellos, y los entregó en manos de sus enemigos.
Versículo 67: Además, apartó de ellos su tabernáculo, y su gloria traspasó hacia otro.
Versículo 68: Entregó al cuchillo su pueblo, y se enfureció contra su heredad.
Versículo 69: Consumió el fuego a sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron al infierno
Versículo 70: Y escogió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas;
Versículo 71: De tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.
Versículo 72: Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, y los pastoreó con la pericia de sus manos.” (Salmo 78)
Es un fuerte recordatorio de la importancia de preservar y comunicar las obras de Dios de una generación a otra, sin sentir un sentimiento de egoísmo; todo lo contrario, que otras generaciones experimenten lo que tú has sentido en el camino de Dios.