Salmos para dejar todo en Manos de Dios

¿Alguna vez ha sentido que no puede manejar algo y debe confiar en la guía de Dios? En esos momentos, necesitamos encontrar consuelo en nuestro Señor y recordar que Él nos cuida.

En este artículo, veremos algunos salmos que pueden movernos a poner nuestra fe en Dios y dejar que Él tome el control de nuestras vidas para sentir Su amor y cuidado.

Salmo para dejar todo en manos de Dios

Los Salmos están llenos de palabras de consuelo, fortaleza y paz en el amor de Dios. Nos recuerdan que debemos confiar en Dios en todas nuestras pruebas y tribulaciones y encontrar consuelo en Su gracia.

Salmos para dejar todo en Manos de Dios

Salmo 23:1-4

Dios está siempre con nosotros, como nuestro Pastor. Su presencia nos ofrece la seguridad de que sin importar los temores que podamos tener, podemos vencerlos. Él nos muestra el camino a seguir y nunca nos abandonará, incluso en tiempos difíciles.

“El Señor es mi pastor, nada me faltará”. “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo”. (Salmo 23:1-4)

Salmo 46:1-3

El recordatorio de que Dios es nuestro refugio y fortaleza puede asegurarnos que no estamos solos y brindarnos consuelo en medio de tiempos turbulentos. También sirve como un recordatorio de seguridad, incluso cuando las olas de la vida parecen demasiado difíciles de contener.

“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. “Aunque se muevan los montes y se deslicen en el mar las aguas, aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”. (Salmo 46:1-3)

Salmo 55:22

Este es un recordatorio de que Dios siempre está con nosotros, dispuesto a ayudarnos en nuestros problemas y quitarnos nuestras preocupaciones. Él nos muestra que realmente se preocupa por todos nosotros.

“Echa tu carga sobre el Señor, y él te sostendrá; no dejará para siempre caído al justo”. (Salmo 55:22)

Salmo 62:8

Nos implora que confiemos continuamente en Dios. Él es nuestra fortaleza y proveedor de salvación, y siempre debemos tener fe completa en Él.

“Confía en él en todo tiempo, oh pueblo; derrama delante de él tu corazón; Dios es nuestro refugio”. (Salmo 62:8)

Salmo 121:1-2

Debemos recordar que nuestra ayuda viene de Dios, el Creador del cielo y la tierra. Siempre está atento a lo que necesitamos y nos protege de cualquier daño.

“Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra”. (Salmo 121:1-2)

Salmo 55:16-17

A través de la oración, el salmista nos inspira a acercarnos a Dios y derramar nuestras preocupaciones. Sabiendo que Él escucha, podemos confiar en que Él contestará nuestras oraciones.

“Más yo a Dios invocaré, y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz”. (Salmo 55:16-17)

Salmo 37:5

Cuando ponemos nuestra fe en Dios y le entregamos nuestras elecciones, podemos estar seguros de que Él nos guiará en la dirección correcta y nos brindará el mejor resultado. Confiar en el Señor nos da la seguridad de que todo saldrá bien.

“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”. (Salmo 37:5)

Salmo 16:8

Siempre podemos confiar en Dios, sin importar las circunstancias. Él es nuestro refugio y nuestro escudo, y cuando confiamos en Él, podemos experimentar verdadero gozo y seguridad.

“A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido”. (Salmo 16:8)

Salmo 37:7

Él nos insta a confiar en el Señor y esperar con paciencia. No importa cuánto tiempo, tome, Dios actuará y hará lo mejor para nosotros en el momento adecuado.

“Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades”. (Salmo 37:7)

Salmo 34:17-18

Dios está cerca de aquellos que se sienten destrozados y heridos, y les brinda alivio y consuelo durante los momentos difíciles. Él es la fuente de consuelo que repara nuestros dolores emocionales.

“El Señor está cerca de los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová”. (Salmo 34:17-18)

La Biblia es una gran fuente de consuelo en tiempos de dificultad y angustia. Los salmos nos dan el poder de expresar nuestra fe, gozo, reverencia y confianza en Dios. Nos invitan a entregarle nuestros problemas y preocupaciones a Él para que nos guíe y nos dé paz.