La lectura de la biblia reconforta tu alma y aviva tus esperanzas, porque es una forma de comunicarnos con Dios, nuestro padre creador. Queremos enseñarte las citas bíblicas más populares que puedes aprender.
Versículos más leídos
Tristeza, desaliento, duelos, problemas económicos o familiares ocasionan fragilidad para nuestro corazón, pero el Señor nos guía y orienta con su auxilio y protección para vivir con gozo y alegría.
Versículos de fortaleza en momentos difíciles
Cuando leas las sagradas escrituras, hazlo junto a tus padres, hijos, esposos, nietos, familiares y amigos, porque es una forma de fortalecerse juntos en tiempos espinosos.
Salmos 55:16-18
Si te sientes afligido, invoca el nombre del Señor para tu protección, rescate y salvación, pues con él encontrarás la paz que tanto anhelas.
En cuanto a mí, a Dios invocaré, y el Señor me salvará. Tarde, mañana y mediodía me lamentaré y gemiré y él oirá mi voz. En paz redimirá mi alma de la guerra que hay contra mí, pues son muchos los que están contra mí. (Salmos 55:16-18).
Isaías 40:26
Dios creó la belleza del mundo para que nosotros, sus hijos, gocemos de su grandeza. Es él quien te cuida y protege de todas las acciones maliciosas.
Alzad a lo alto vuestros ojos y ved quién ha creado estos astros: el que hace salir en orden a su ejército, y a todos llama por su nombre. Por la grandeza de su fuerza y la fortaleza de su poder no falta ni uno. (Isaías 40:26).
Salmos 119:25-27
Clama ante Dios por la pureza de tu alma. Él sabrá guiarte cada vez que leas sus palabras en las santas escrituras y así hallarás esperanza y sosiego.
Postrada está mi alma en el polvo, vivifícame a tu palabra. De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus preceptos y meditaré en tus maravillas. (Salmos 119:25-27).
Proverbios 8:10-11
El Señor te indica que el camino a seguir en momentos difíciles es su mandato divino y no las posesiones materiales.
Recibid mi instrucción y no la plata, y conocimiento antes que el oro escogido, porque mejor es la sabiduría que las joyas y todas las cosas deseables no pueden compararse con ella. (Proverbios 8:10-11).
Juan 16:33
El Señor te protege aún cuando no te sientas solo. Recuerda encontrarte con Dios mediante la oración, pues él no te desampara nunca.
Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33).
Salmos 16:7-8
Cada vez que sientas que te agobian los problemas o situaciones incómodas, encomienda al Señor todas tus cargas espirituales.
Bendeciré al Señor que me aconseja, en verdad, en las noches mi corazón me instruye. Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. (Salmos 16:7-8).
Filipenses 1:6
Todos los hijos de Dios recibimos su infinita gracia y misericordia junto a su amado hijo Jesús, para reconfortarnos al predicar el evangelio a nuestros hermanos e iglesia.
Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia (Filipenses 1:6).
Mateo 5:4-6
No te sientas mal por tus lágrimas, pues Dios nos enseña que por ellas recibiremos consuelo y la justicia prevalecerá para tu vida.
Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. (Mateo 5:4-6).
Salmos 18:2
El Señor te fortalece porque es tu refugio y en él consigues socorro durante tus calamidades. La lectura del evangelio por sí misma tranquiliza tu angustia.
El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable. (Salmos 18:2).
1 Pedro 1:6-7
El Señor repara nuestro corazón afligido cuando le imploramos por alabanza, gloria y honor, lo que nos permite mantener fe y esperanza.
En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo. (1 Pedro 1:6-7).
1 Corintios 4:16
Jesús nos enseña con su ejemplo y aún en los momentos más difíciles, debemos seguir sus enseñanzas de amor, paz y bondad.
Por tanto, os exhorto: sed imitadores míos. (1 Corintios 4:16).
Proverbios 10:29
Cuando actúas con buenas acciones para tus seres queridos y tus hermanos en Cristo, Dios te bendice con un camino glorioso.
Fortaleza para el íntegro es el camino del Señor, pero ruina para los que obran iniquidad. (Proverbios 10:29).
Filipenses 4:12
El Señor nos enseña la abundancia y la prosperidad. Por eso debemos saber que en nuestro camino él nos acompaña y fortalece.
Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:12).
Salmos 4:8
Cuando sientan que viven situaciones turbulentas, junto a tu familia lean este versículo para encontrar paz y entendimiento, pues sólo Dios nos fortalece en la angustia para poder encontrar sosiego.
En paz me acostaré y así también dormiré; porque sólo tú, Señor, me haces habitar seguro. (Salmos 4:8).
Isaías 54:14
La justicia de Dios prevalece sobre las acciones malignas humanas, para protegerte con su escudo de auxilio y socorro en tiempos turbulentos.
En justicia serás establecida. Estarás lejos de la opresión, pues no temerás, y del terror, pues no se acercará a ti. (Isaías 54:14).
2 Crónicas 32:7
Quien está con Dios recibe sus bendiciones y protección. La lectura de la biblia todas las noches mantiene la firmeza de tu fe.
Sed fuertes y valientes, no temáis ni os acobardéis a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él. (2 Crónicas 32:7).
Salmos 62:1-2
La fortaleza del Señor te acompaña en el día y en la noche para sanar tus dolencias físicas, espirituales y emocionales.
En Dios solamente espera en silencio mi alma, de Él viene mi salvación. Sólo El es mi roca y mi salvación, mi baluarte, nunca seré sacudido. (Salmos 62:1-2).
Salmos 23:6
Las dificultades logran visibilizar bondades humanas gracias a la misericordia de Dios, quien aleja a quienes desean dañarnos.
El eterno Dios es tu refugio y debajo están los brazos eternos. Él echó al enemigo delante de ti y dijo: ¡Destruye! (Salmos 23:6).
2 Timoteo 4:17
La gloria siempre es Dios, porque nos creó a su imagen y por eso, gozamos de su fortaleza y coraje para vencer a los impíos.
El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (2 Timoteo 4:17).
Salmos 57:1
En los momentos difíciles el Señor te acobija aún más fuerte, hasta que cesen las tribulaciones. Él siempre tendrá piedad de ti.
Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí, porque en ti se refugia mi alma, en la sombra de tus alas me ampararé hasta que la destrucción pase. (Salmos 57:1).
Cuando leas el evangelio, recuerda orar no solo por ti, sino por todos aquellos que viven situaciones adversas, los salmos de fortaleza en momentos difíciles, te ayudarán a aumentar tu fe y esperanza.